De vuelta a la rutina, nos vestimos sin hablarnos. La prisa puede más que la pasión. Me pesa cada día los recuerdos y los ratos como dardos clavan este corazón. Y la melancolía me ataca por la espalda sin piedad. Y de pronto me pongo a pensar. Y si nos quedara poco tiempo, si mañana acaban nuestros días. Y si no te he dicho suficiente que te adoro con la vida. Y si nos quedara poco tiempo y si no pudiera hacerte mas el amor. Si no llego a jurarte que nadie puede amarte más que yo. La tarde muere lento y las horas me consumen, estoy ansioso por volverte a ver. No puedo comprenderlo, como fue que la costumbre cambió nuestra manera de querer. Y la melancolía me ataca por la espalda sin piedad.
Y de pronto me pongo a pensar. Nadie sabe en realidad que es lo que tiene asta que enfrenta el miedo de perderlo para siempre.